Mientras el mundo continúa vacunando contra el coronavirus, una nueva preocupación aflora como efecto secundario de una de las vacunas más aplicadas.
Un equipo de especialistas del Reino Unido ha notificado los tres primeros casos de personas con ictus isquémicos provocados por coágulos en las arterias después de recibir la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19.
Los coágulos en las arterias, conocido como trombosis arterial, son la causa más común de accidentes cerebrovasculares o ictus isquémico. Este accidente cerebrovascular, que se origina cuando los coágulos de sangre se producen en las arterias que suministran sangre al cerebro, es la forma más común de ictus.
Hasta ahora, todos los casos de trombos registrados después de recibir la vacuna de Oxford habían aparecido en venas (sobre todo del cerebro), por lo que se trata de la primera vez que se ha notificado este problema de salud en personas vacunadas con el suero de AstraZeneca.
Además, todos presentaban bajos niveles de plaquetas y anticuerpos contra el factor plaquetario 4 (PF4), una proteína que favorece la formación de coágulos. La información sobre los tres nuevos casos -todos ellos reportados en adultos jóvenes- se detalla hoy en una carta suscrita por una decena de médicos e investigadores y publicada en la revista Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry.
En un comentario publicado en la misma revista, Hugh Markus, del Departamento de Neurociencias Clínicas de la Universidad de Cambridge, cree que el estudio pone de relieve que “la coagulopatía inmunomediada también puede causar trombosis arteriales, incluido el ictus isquémico, aunque la trombosis venosa y, especialmente, la trombosis del seno venoso cerebral parecen más frecuentes”.
Y aunque recomienda estar alerta para identificar posibles casos de pacientes con trombos tras la vacunación, subraya que estos efectos secundarios “son raros, y mucho menos frecuentes que la trombosis venosa cerebral y el ictus isquémico asociados a la propia infección por COVID-19”.
Mientras el mundo continúa vacunando contra el coronavirus, una nueva preocupación aflora como efecto secundario de una de las vacunas más aplicadas.
Un equipo de especialistas del Reino Unido ha notificado los tres primeros casos de personas con ictus isquémicos provocados por coágulos en las arterias después de recibir la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19.
Los coágulos en las arterias, conocido como trombosis arterial, son la causa más común de accidentes cerebrovasculares o ictus isquémico. Este accidente cerebrovascular, que se origina cuando los coágulos de sangre se producen en las arterias que suministran sangre al cerebro, es la forma más común de ictus.
Hasta ahora, todos los casos de trombos registrados después de recibir la vacuna de Oxford habían aparecido en venas (sobre todo del cerebro), por lo que se trata de la primera vez que se ha notificado este problema de salud en personas vacunadas con el suero de AstraZeneca.
Además, todos presentaban bajos niveles de plaquetas y anticuerpos contra el factor plaquetario 4 (PF4), una proteína que favorece la formación de coágulos. La información sobre los tres nuevos casos -todos ellos reportados en adultos jóvenes- se detalla hoy en una carta suscrita por una decena de médicos e investigadores y publicada en la revista Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry.
En un comentario publicado en la misma revista, Hugh Markus, del Departamento de Neurociencias Clínicas de la Universidad de Cambridge, cree que el estudio pone de relieve que “la coagulopatía inmunomediada también puede causar trombosis arteriales, incluido el ictus isquémico, aunque la trombosis venosa y, especialmente, la trombosis del seno venoso cerebral parecen más frecuentes”.
Y aunque recomienda estar alerta para identificar posibles casos de pacientes con trombos tras la vacunación, subraya que estos efectos secundarios “son raros, y mucho menos frecuentes que la trombosis venosa cerebral y el ictus isquémico asociados a la propia infección por COVID-19”.