Obispa que desafió a Trump aprendió español en Honduras: «Lo entendí en Honduras»
Mariann Edgar Budde, obispa de Washington, evocó su tiempo como misionera en Honduras para alzar la voz en defensa de los migrantes y la comunidad LGBTQ+ durante un emotivo sermón en la Catedral Nacional de Washington. En su mensaje, la obispa recordó cómo su experiencia en el país centroamericano transformó su perspectiva sobre la migración y la justicia social.
«En Honduras entendí que migrar no es un capricho, sino una cuestión de supervivencia», afirmó Budde en una entrevista reciente. Fue durante su tiempo en este país, mientras trabajaba como misionera tras servir como clérigo en Arizona, que la obispa se enfrentó de cerca a la pobreza, la desigualdad y el dolor que empujan a tantas personas a buscar refugio más allá de sus fronteras.
El martes 21 de enero del 2024, en una misa de investidura que reunió a las principales figuras políticas de Estados Unidos, Budde dirigió un mensaje directo al presidente y al vicepresidente: “Tengan misericordia de los migrantes y de la comunidad LGBTQ+, quienes viven con temor al futuro”.
Sus palabras resonaron con fuerza y se viralizaron rápidamente, avivando el debate sobre las políticas migratorias de la administración Trump, que calificó como injustas y deshumanizantes.
Budde, nacida en Nueva Jersey hace 65 años, no solo perfeccionó su español en Honduras, sino que también forjó un compromiso profundo con las comunidades más vulnerables. Desde entonces, ha utilizado sus aprendizajes para conectar con comunidades hispanas en Estados Unidos y para defender los principios de compasión y dignidad humana que aprendió en tierras hondureñas.
El impacto de su tiempo en Honduras marcó el inicio de una lucha que Budde no teme llevar hasta los más altos niveles de poder. «El evangelio es un llamado a la compasión», recordó en su sermón, dejando claro que su experiencia en Centroamérica no solo definió su misión, sino que también le otorgó una perspectiva única para enfrentar las injusticias en el corazón de la política estadounidense. Ella es historiadora y clériga de la iglesia Anglicana.
Mariann Edgar Budde, obispa de Washington, evocó su tiempo como misionera en Honduras para alzar la voz en defensa de los migrantes y la comunidad LGBTQ+ durante un emotivo sermón en la Catedral Nacional de Washington. En su mensaje, la obispa recordó cómo su experiencia en el país centroamericano transformó su perspectiva sobre la migración y la justicia social.
«En Honduras entendí que migrar no es un capricho, sino una cuestión de supervivencia», afirmó Budde en una entrevista reciente. Fue durante su tiempo en este país, mientras trabajaba como misionera tras servir como clérigo en Arizona, que la obispa se enfrentó de cerca a la pobreza, la desigualdad y el dolor que empujan a tantas personas a buscar refugio más allá de sus fronteras.
El martes 21 de enero del 2024, en una misa de investidura que reunió a las principales figuras políticas de Estados Unidos, Budde dirigió un mensaje directo al presidente y al vicepresidente: “Tengan misericordia de los migrantes y de la comunidad LGBTQ+, quienes viven con temor al futuro”.
Sus palabras resonaron con fuerza y se viralizaron rápidamente, avivando el debate sobre las políticas migratorias de la administración Trump, que calificó como injustas y deshumanizantes.
Budde, nacida en Nueva Jersey hace 65 años, no solo perfeccionó su español en Honduras, sino que también forjó un compromiso profundo con las comunidades más vulnerables. Desde entonces, ha utilizado sus aprendizajes para conectar con comunidades hispanas en Estados Unidos y para defender los principios de compasión y dignidad humana que aprendió en tierras hondureñas.
El impacto de su tiempo en Honduras marcó el inicio de una lucha que Budde no teme llevar hasta los más altos niveles de poder. «El evangelio es un llamado a la compasión», recordó en su sermón, dejando claro que su experiencia en Centroamérica no solo definió su misión, sino que también le otorgó una perspectiva única para enfrentar las injusticias en el corazón de la política estadounidense. Ella es historiadora y clériga de la iglesia Anglicana.
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