Milei cierra la presidencia pro tempore del Mercosur con buen clima pese a las diferencias
Las recurrentes críticas al Mercosur y hasta las amenazas de abandonar el bloque por parte del Gobierno de Javier Milei han rebajado su intensidad durante la Presidencia argentina, que ha dado paso a un mejor clima interno pese a las profundas diferencias políticas entre los gobernantes de los países miembros.
El principal bloque comercial suramericano -fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y del que Bolivia es miembro pleno desde hace un año- celebrará los días 2 y 3 de julio en Buenos Aires su cumbre semestral, en la que Milei traspasará la presidencia pro tempore de la unión a su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva .
En paralelo, crece la expectativa por los avances para una ratificación del tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europa (UE), sobre el que todos los socios suramericanos parecen estar de acuerdo, pese a los diferentes objetivos y alcances que el pacto podría tener en la economía de cada país.
En estos seis primeros meses del año, que han coincidido con la presidencia argentina, Milei aminoró sus críticas al bloque y dejó de hacer referencias negativas a Lula da Silva en sus discursos públicos, su gran antagonista político en el bloque.
Mientras que Milei alimenta un fluido vínculo estratégico -político y comercial- con Estados Unidos e Israel, Lula defiende la centralidad del Mercosur para el proceso de integración regional y critica con dureza al Gobierno de Benjamin Netanyahu, quien, a su juicio, lleva adelante un «genocidio» en Gaza.
«Van dos gobiernos consecutivos en los cuales la convergencia entre los liderazgos de Argentina y de Brasil es escasa, porque la relación del argentino Alberto Fernández (2019-2023) con el brasileño Jair Bolsonaro (2019-2023) era pésima y la de Milei con Lula, también», explica a EFE el abogado y analista internacional Martín Schapiro.
Argentina y Brasil, aliados en asuntos estratégicos
Pese a las diferencias políticas entre Milei y Lula, el vínculo de Argentina con Brasil, su principal socio comercial, sigue en pie en múltiples ámbitos.
Uno de ellos es el energético, con planes firmes para abastecer al potente polo industrial de Sao Paulo con gas natural procedente de la formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, un gran yacimiento situado en el suroeste de Argentina.
Esta relación estratégica explicaría la pragmática decisión de Milei de abandonar sus amenazas de retirar a Argentina del Mercosur si el bloque suponía un escollo para negociar un acuerdo comercial con Estados Unidos, una salida que, por lo demás, difícilmente hubiera logrado apoyo político en Argentina.
«Como candidato o dirigente político, uno puede decir que Argentina se va a ir del Mercosur, pero después, como jefe de Estado, entiende que hay un Congreso que interviene y que no se trata de una decisión unilateral del Poder Ejecutivo», detalla a EFE Dolores Gandulfo, especialista en Relaciones Internacionales del Centro de Política Exterior Juan Atilio Bramuglia.
Gandulfo señala como factor negativo que, desde que Milei es presidente, Argentina ha retirado los recursos para el funcionamiento del Parlamento del Mercosur, así como del Instituto de Políticas Públicas y Derechos Humanos del bloque.
«Que ahora asuma Brasil la presidencia pro tempore abre un escenario de mayor optimismo a la vida institucional que pueda tener el Mercosur en los próximos seis meses», agrega este analista.
(c) Agencia EFE
Las recurrentes críticas al Mercosur y hasta las amenazas de abandonar el bloque por parte del Gobierno de Javier Milei han rebajado su intensidad durante la Presidencia argentina, que ha dado paso a un mejor clima interno pese a las profundas diferencias políticas entre los gobernantes de los países miembros.
El principal bloque comercial suramericano -fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y del que Bolivia es miembro pleno desde hace un año- celebrará los días 2 y 3 de julio en Buenos Aires su cumbre semestral, en la que Milei traspasará la presidencia pro tempore de la unión a su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva .
En paralelo, crece la expectativa por los avances para una ratificación del tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europa (UE), sobre el que todos los socios suramericanos parecen estar de acuerdo, pese a los diferentes objetivos y alcances que el pacto podría tener en la economía de cada país.
En estos seis primeros meses del año, que han coincidido con la presidencia argentina, Milei aminoró sus críticas al bloque y dejó de hacer referencias negativas a Lula da Silva en sus discursos públicos, su gran antagonista político en el bloque.
Mientras que Milei alimenta un fluido vínculo estratégico -político y comercial- con Estados Unidos e Israel, Lula defiende la centralidad del Mercosur para el proceso de integración regional y critica con dureza al Gobierno de Benjamin Netanyahu, quien, a su juicio, lleva adelante un «genocidio» en Gaza.
«Van dos gobiernos consecutivos en los cuales la convergencia entre los liderazgos de Argentina y de Brasil es escasa, porque la relación del argentino Alberto Fernández (2019-2023) con el brasileño Jair Bolsonaro (2019-2023) era pésima y la de Milei con Lula, también», explica a EFE el abogado y analista internacional Martín Schapiro.
Argentina y Brasil, aliados en asuntos estratégicos
Pese a las diferencias políticas entre Milei y Lula, el vínculo de Argentina con Brasil, su principal socio comercial, sigue en pie en múltiples ámbitos.
Uno de ellos es el energético, con planes firmes para abastecer al potente polo industrial de Sao Paulo con gas natural procedente de la formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, un gran yacimiento situado en el suroeste de Argentina.
Esta relación estratégica explicaría la pragmática decisión de Milei de abandonar sus amenazas de retirar a Argentina del Mercosur si el bloque suponía un escollo para negociar un acuerdo comercial con Estados Unidos, una salida que, por lo demás, difícilmente hubiera logrado apoyo político en Argentina.
«Como candidato o dirigente político, uno puede decir que Argentina se va a ir del Mercosur, pero después, como jefe de Estado, entiende que hay un Congreso que interviene y que no se trata de una decisión unilateral del Poder Ejecutivo», detalla a EFE Dolores Gandulfo, especialista en Relaciones Internacionales del Centro de Política Exterior Juan Atilio Bramuglia.
Gandulfo señala como factor negativo que, desde que Milei es presidente, Argentina ha retirado los recursos para el funcionamiento del Parlamento del Mercosur, así como del Instituto de Políticas Públicas y Derechos Humanos del bloque.
«Que ahora asuma Brasil la presidencia pro tempore abre un escenario de mayor optimismo a la vida institucional que pueda tener el Mercosur en los próximos seis meses», agrega este analista.
(c) Agencia EFE