Migrantes envían más remesas a Honduras ante temor a deportaciones masivas en EE.UU.
El temor de los migrantes hondureños en Estados Unidos ante un posible endurecimiento de las políticas migratorias del presidente Donald Trump ha provocado un crecimiento histórico en el envío de remesas a Honduras durante el primer trimestre de 2025.
De acuerdo con cifras del Banco Central de Honduras (BCH), entre enero y marzo de este año ingresaron al país 2,625.6 millones de dólares en concepto de remesas, un incremento del 25 % en comparación con el mismo período de 2024. Esta cifra consolida a las remesas como la principal fuente de divisas del país, representando cerca del 25 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Expertos como el economista Melchor Rodríguez explican que este aumento responde, en gran medida, al miedo de los migrantes de ser deportados sin el debido proceso, una preocupación avivada por las recientes declaraciones y medidas del mandatario estadounidense. “Muchos migrantes están enviando dinero de forma precautoria, anticipando posibles retornos forzosos”, señaló Rodríguez.
La expresidenta del Colegio Hondureño de Economistas, Amparo Canales, también coincide en que factores como la incertidumbre migratoria, el crecimiento del número de hondureños en EE.UU. y el papel vital que juegan las remesas en la economía hondureña, están impulsando este fenómeno.
Actualmente, más del 85 % de las remesas provienen de Estados Unidos, donde residen más de un millón de hondureños, muchos de ellos en condición irregular. Otros países remitentes son España (10.2 %), México, Canadá y Costa Rica.
El BCH proyecta que al cierre de 2025 las remesas superen los 10 mil millones de dólares, frente a los 9,743 millones de 2024. El ingreso diario promedio se sitúa en 29.2 millones de dólares, comparado con 23.1 millones el año anterior.
Sin embargo, los expertos advierten que, aunque estas cifras son positivas en términos macroeconómicos, la mayoría de los recursos se destinan a consumo inmediato como alimentación, salud y educación, sin traducirse necesariamente en inversión productiva.
En paralelo, el presidente Trump se ha desligado de las críticas sobre las deportaciones masivas sin debido proceso, afirmando que su administración está cumpliendo con su promesa de campaña de retirar del país a inmigrantes con antecedentes criminales. Aseguró que “los tribunales me impiden hacerlo más rápido”, aludiendo al volumen de casos que requerirían juicio.
La combinación de políticas migratorias más estrictas y la incertidumbre entre los migrantes sugiere que el flujo de remesas hacia Honduras podría mantenerse alto durante el resto del año, aunque expertos advierten que este impulso podría no ser sostenible si las deportaciones se intensifican.
El temor de los migrantes hondureños en Estados Unidos ante un posible endurecimiento de las políticas migratorias del presidente Donald Trump ha provocado un crecimiento histórico en el envío de remesas a Honduras durante el primer trimestre de 2025.
De acuerdo con cifras del Banco Central de Honduras (BCH), entre enero y marzo de este año ingresaron al país 2,625.6 millones de dólares en concepto de remesas, un incremento del 25 % en comparación con el mismo período de 2024. Esta cifra consolida a las remesas como la principal fuente de divisas del país, representando cerca del 25 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Expertos como el economista Melchor Rodríguez explican que este aumento responde, en gran medida, al miedo de los migrantes de ser deportados sin el debido proceso, una preocupación avivada por las recientes declaraciones y medidas del mandatario estadounidense. “Muchos migrantes están enviando dinero de forma precautoria, anticipando posibles retornos forzosos”, señaló Rodríguez.
La expresidenta del Colegio Hondureño de Economistas, Amparo Canales, también coincide en que factores como la incertidumbre migratoria, el crecimiento del número de hondureños en EE.UU. y el papel vital que juegan las remesas en la economía hondureña, están impulsando este fenómeno.
Actualmente, más del 85 % de las remesas provienen de Estados Unidos, donde residen más de un millón de hondureños, muchos de ellos en condición irregular. Otros países remitentes son España (10.2 %), México, Canadá y Costa Rica.
El BCH proyecta que al cierre de 2025 las remesas superen los 10 mil millones de dólares, frente a los 9,743 millones de 2024. El ingreso diario promedio se sitúa en 29.2 millones de dólares, comparado con 23.1 millones el año anterior.
Sin embargo, los expertos advierten que, aunque estas cifras son positivas en términos macroeconómicos, la mayoría de los recursos se destinan a consumo inmediato como alimentación, salud y educación, sin traducirse necesariamente en inversión productiva.
En paralelo, el presidente Trump se ha desligado de las críticas sobre las deportaciones masivas sin debido proceso, afirmando que su administración está cumpliendo con su promesa de campaña de retirar del país a inmigrantes con antecedentes criminales. Aseguró que “los tribunales me impiden hacerlo más rápido”, aludiendo al volumen de casos que requerirían juicio.
La combinación de políticas migratorias más estrictas y la incertidumbre entre los migrantes sugiere que el flujo de remesas hacia Honduras podría mantenerse alto durante el resto del año, aunque expertos advierten que este impulso podría no ser sostenible si las deportaciones se intensifican.