Michael Jordan vende su mansión de lujo en Chicago después de 12 años en el mercado
Tras más de una década en el mercado, el legendario exjugador de baloncesto Michael Jordan finalmente logró vender su icónica mansión en Highland Park, un exclusivo suburbio a las afueras de Chicago. La propiedad, que inicialmente fue listada en 2012 por la impresionante suma de 29 millones de dólares, terminó vendiéndose por un precio mucho menor, aunque la cifra exacta no ha sido revelada.
La mansión, que Jordan construyó a su gusto tras su primer retiro del baloncesto en 1995, se extiende a lo largo de 2.973 metros cuadrados en un terreno de casi tres hectáreas. Entre sus comodidades más destacadas se encuentran una cancha de baloncesto de tamaño reglamentario con su nombre inscrito, un gimnasio completamente equipado, un campo de golf, una piscina circular y una bodega con capacidad para 1.000 botellas de vino.
El exjugador vivió en esta residencia durante años, personalizándola con detalles únicos que reflejan su grandeza y legado. El número 23, símbolo de su carrera, está presente en varios lugares de la propiedad, incluida la monumental puerta de entrada, que alguna vez perteneció a la Mansión Playboy.
A pesar de los lujos, la mansión se mantuvo sin comprador durante más de 12 años debido a su tamaño colosal y los altos costos de mantenimiento, estimados en más de 100.000 dólares anuales en impuestos. Además, las características personalizadas, como el cuarto para fumar habanos y el salón de fiestas, no resultaron atractivas para compradores convencionales. Otro factor que complicó la venta fue la ubicación en Highland Park, una zona que ha perdido popularidad entre los compradores de lujo, quienes prefieren propiedades con acceso directo a lagos o vistas espectaculares.
El caso de Jordan no es único entre exjugadores de los Chicago Bulls. Compañeros como Scottie Pippen y Toni Kukoc también enfrentaron dificultades para vender sus propiedades en la misma zona, viéndose obligados a reducir drásticamente los precios.
Finalmente, Jordan logró desprenderse de esta mansión, poniendo fin a una prolongada y compleja odisea inmobiliaria. Ahora, el astro del baloncesto disfruta de su retiro en Florida, mientras cierra este capítulo de su vida en Chicago.
Tras más de una década en el mercado, el legendario exjugador de baloncesto Michael Jordan finalmente logró vender su icónica mansión en Highland Park, un exclusivo suburbio a las afueras de Chicago. La propiedad, que inicialmente fue listada en 2012 por la impresionante suma de 29 millones de dólares, terminó vendiéndose por un precio mucho menor, aunque la cifra exacta no ha sido revelada.
La mansión, que Jordan construyó a su gusto tras su primer retiro del baloncesto en 1995, se extiende a lo largo de 2.973 metros cuadrados en un terreno de casi tres hectáreas. Entre sus comodidades más destacadas se encuentran una cancha de baloncesto de tamaño reglamentario con su nombre inscrito, un gimnasio completamente equipado, un campo de golf, una piscina circular y una bodega con capacidad para 1.000 botellas de vino.
El exjugador vivió en esta residencia durante años, personalizándola con detalles únicos que reflejan su grandeza y legado. El número 23, símbolo de su carrera, está presente en varios lugares de la propiedad, incluida la monumental puerta de entrada, que alguna vez perteneció a la Mansión Playboy.
A pesar de los lujos, la mansión se mantuvo sin comprador durante más de 12 años debido a su tamaño colosal y los altos costos de mantenimiento, estimados en más de 100.000 dólares anuales en impuestos. Además, las características personalizadas, como el cuarto para fumar habanos y el salón de fiestas, no resultaron atractivas para compradores convencionales. Otro factor que complicó la venta fue la ubicación en Highland Park, una zona que ha perdido popularidad entre los compradores de lujo, quienes prefieren propiedades con acceso directo a lagos o vistas espectaculares.
El caso de Jordan no es único entre exjugadores de los Chicago Bulls. Compañeros como Scottie Pippen y Toni Kukoc también enfrentaron dificultades para vender sus propiedades en la misma zona, viéndose obligados a reducir drásticamente los precios.
Finalmente, Jordan logró desprenderse de esta mansión, poniendo fin a una prolongada y compleja odisea inmobiliaria. Ahora, el astro del baloncesto disfruta de su retiro en Florida, mientras cierra este capítulo de su vida en Chicago.