Las esperanzas del mundo de frenar el cambio climático dependen de la acción de dos naciones gigantes cuyas relaciones se están deteriorando: China y Estados Unidos. 

Los dos países dicen que tienen la intención de reestructurar sus economías para quemar menos carbón, petróleo y gas que destruyen al clima. Pero las tensiones entre ellos amenazan su éxito final.

China y Estados Unidos son los principales contaminadores de carbono del mundo, respectivamente, y expulsan casi la mitad de los gases de combustibles fósiles que están calentando la atmósfera del planeta.

Los rápidos recortes de carbono necesarios para evitar lo peor del cambio climático son casi imposibles a menos que estos países trabajen juntos y básicamente confíen en las promesas de los demás. Durante la administración Trump, EE.UU. utilizó las emisiones de China como una excusa para no actuar y en el pasado China señaló las emisiones históricas de EE.UU. como una razón para resistir la acción.

(AP)