La belleza del día: “Sonia de Klamery (echada)”, de Hermenegildo Anglada Camarasa
Hermenegildo Anglada Camarasa tenía 26 años cuando conoció París. Nacido en Barcelona en 1871, estudió pintura con Tomás Moragas, primero, y con Modest Urgell, después. Pasó varias estancias en Arbúcies, donde pintó paisajes y participó en veladas promovidas por Víctor Balaguer. Practicó y se formó todo lo que pudo hasta que un día dijo: sí, ahora sí, tengo que conocer París. La capital francesa no sólo tenía mística, también artistas geniales. Y él quería conocerlo todo.
“Sonia de Klamery (echada)” (1913) de Hermenegildo Anglada Camarasa
Desde 1897, año en que finalmente camina bajo la noche parisina, su pintura comienza a tomar una interesante influencia de artistas como Toulouse Lautrec, Gustav Klimt o Van Dongen. Sabía que ese lugar no merecía una simple visita. Instaló su estudio allí y se dedicó a pintar. Venía de una buena experiencia en Barcelona, su ciudad, donde tuvo su primera exposición individual en 1894 en la Sala Parés. París tenía que conocer su estilo y su estilo tenía que nutrirse de París. Ese era el plan.
Y le fue bien, comenzó a adquirir renombre internacional, se empezó a convertir en un referente del modernismo español y en un profesor de alumnos notables como los argentinos Tito Cittadini y Raúl Mazza o el uruguayo José Cuneo. “Pero el verdadero punto de inflexión en su estilo, tiene lugar en 1909, fecha de la llegada a la capital francesa de los ballets rusos de Diághilev, con Nijinski y la Paulova como excepcionales bailarines”, cuenta la historiadora del arte Paloma Esteban Leal.
Hermenegildo Anglada Camarasa tenía 26 años cuando conoció París. Nacido en Barcelona en 1871, estudió pintura con Tomás Moragas, primero, y con Modest Urgell, después. Pasó varias estancias en Arbúcies, donde pintó paisajes y participó en veladas promovidas por Víctor Balaguer. Practicó y se formó todo lo que pudo hasta que un día dijo: sí, ahora sí, tengo que conocer París. La capital francesa no sólo tenía mística, también artistas geniales. Y él quería conocerlo todo.
“Sonia de Klamery (echada)” (1913) de Hermenegildo Anglada Camarasa
Desde 1897, año en que finalmente camina bajo la noche parisina, su pintura comienza a tomar una interesante influencia de artistas como Toulouse Lautrec, Gustav Klimt o Van Dongen. Sabía que ese lugar no merecía una simple visita. Instaló su estudio allí y se dedicó a pintar. Venía de una buena experiencia en Barcelona, su ciudad, donde tuvo su primera exposición individual en 1894 en la Sala Parés. París tenía que conocer su estilo y su estilo tenía que nutrirse de París. Ese era el plan.
Y le fue bien, comenzó a adquirir renombre internacional, se empezó a convertir en un referente del modernismo español y en un profesor de alumnos notables como los argentinos Tito Cittadini y Raúl Mazza o el uruguayo José Cuneo. “Pero el verdadero punto de inflexión en su estilo, tiene lugar en 1909, fecha de la llegada a la capital francesa de los ballets rusos de Diághilev, con Nijinski y la Paulova como excepcionales bailarines”, cuenta la historiadora del arte Paloma Esteban Leal.