Harvard presenta demanda contra veto de Trump a la llegada de estudiantes extranjeros
Estudiantes de diversas partes del mundo que han sido admitidos en la Universidad de Harvard están sumamente atentos a la disputa de la escuela con el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, quien busca impedir que admita a alumnos extranjeros.
El jueves, Harvard impugnó el movimiento más reciente de Trump para prohibir la entrada de estudiantes extranjeros a Estados Unidos para asistir a la universidad, calificándolo de represalia ilegal por el rechazo de Harvard a las exigencias de la Casa Blanca. En una demanda enmendada presentada el jueves, Harvard indicó que el mandatario intenta eludir una orden judicial previa. El mes pasado, un juez federal le impidió al Departamento de Seguridad Nacional revocar la certificación de Harvard para albergar a estudiantes extranjeros.
Cada vez con mayor frecuencia, la universidad más antigua y afamada de Estados Unidos atrae a algunas de las mentes más brillantes de diversas partes del mundo, y los alumnos extranjeros representan una cuarta parte de su matrícula. Mientras se desarrolla la lucha de Harvard con el gobierno, a los alumnos de otros países sólo les queda aguardar para saber si es que realmente podrán asistir a la escuela. Algunos están sopesando otras opciones.
Los meses siguientes han estado llenos de incertidumbre. El miércoles, Trump promulgó una directriz que pretende bloquear la entrada a Estados Unidos para los estudiantes extranjeros en Harvard, lo que le impediría el ingreso a miles que tienen programado venir al campus en Cambridge, Massachusetts, para los periodos de verano y otoño.
La impugnación por parte de Harvard al día siguiente atacó la justificación jurídica de Trump para la acción: una ley federal que le permite bloquear a una “clase de extranjeros” que es considerada perjudicial para los intereses de la nación. Apuntar sólo a aquellos que vienen a Estados Unidos para estudiar en Harvard no reúne las condiciones necesarias para considerarlos una “clase de extranjeros”, expresó Harvard en su presentación.
“Por lo tanto, las acciones del presidente no están siendo implementadas para proteger los ‘intereses de Estados Unidos’, sino para llevar a cabo una venganza gubernamental contra Harvard”, escribió la universidad.
Mientras tanto, Harvard está desarrollando planes de contingencia para que los estudiantes y académicos visitantes puedan seguir con su trabajo en la universidad, declaró el presidente Alan Garber en un mensaje al campus y a los exalumnos.
“Cada uno de nosotros forma parte de una comunidad universitaria verdaderamente global”, señaló Garber el jueves. “Sabemos que los beneficios de reunir a personas talentosas de diversas partes del mundo son únicos e irremplazables”.
Estudiantes de diversas partes del mundo que han sido admitidos en la Universidad de Harvard están sumamente atentos a la disputa de la escuela con el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, quien busca impedir que admita a alumnos extranjeros.
El jueves, Harvard impugnó el movimiento más reciente de Trump para prohibir la entrada de estudiantes extranjeros a Estados Unidos para asistir a la universidad, calificándolo de represalia ilegal por el rechazo de Harvard a las exigencias de la Casa Blanca. En una demanda enmendada presentada el jueves, Harvard indicó que el mandatario intenta eludir una orden judicial previa. El mes pasado, un juez federal le impidió al Departamento de Seguridad Nacional revocar la certificación de Harvard para albergar a estudiantes extranjeros.
Cada vez con mayor frecuencia, la universidad más antigua y afamada de Estados Unidos atrae a algunas de las mentes más brillantes de diversas partes del mundo, y los alumnos extranjeros representan una cuarta parte de su matrícula. Mientras se desarrolla la lucha de Harvard con el gobierno, a los alumnos de otros países sólo les queda aguardar para saber si es que realmente podrán asistir a la escuela. Algunos están sopesando otras opciones.
Los meses siguientes han estado llenos de incertidumbre. El miércoles, Trump promulgó una directriz que pretende bloquear la entrada a Estados Unidos para los estudiantes extranjeros en Harvard, lo que le impediría el ingreso a miles que tienen programado venir al campus en Cambridge, Massachusetts, para los periodos de verano y otoño.
La impugnación por parte de Harvard al día siguiente atacó la justificación jurídica de Trump para la acción: una ley federal que le permite bloquear a una “clase de extranjeros” que es considerada perjudicial para los intereses de la nación. Apuntar sólo a aquellos que vienen a Estados Unidos para estudiar en Harvard no reúne las condiciones necesarias para considerarlos una “clase de extranjeros”, expresó Harvard en su presentación.
“Por lo tanto, las acciones del presidente no están siendo implementadas para proteger los ‘intereses de Estados Unidos’, sino para llevar a cabo una venganza gubernamental contra Harvard”, escribió la universidad.
Mientras tanto, Harvard está desarrollando planes de contingencia para que los estudiantes y académicos visitantes puedan seguir con su trabajo en la universidad, declaró el presidente Alan Garber en un mensaje al campus y a los exalumnos.
“Cada uno de nosotros forma parte de una comunidad universitaria verdaderamente global”, señaló Garber el jueves. “Sabemos que los beneficios de reunir a personas talentosas de diversas partes del mundo son únicos e irremplazables”.