Fusión entre equipos Génesis y Policía desata dudas por manejo de fondos
La fusión entre los clubes Génesis de Comayagua y Policía Nacional FC, anunciada a finales de mayo, desató una oleada de críticas por el uso de recursos institucionales y la falta de transparencia en el proceso que dio lugar al nuevo equipo Génesis PN en la Liga Nacional de Honduras.
El ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez, confirmó que se pagaron 4 millones de lempiras para adquirir la plaza del Génesis, dinero que, según explicó, no provino del presupuesto del Estado, sino de aportes voluntarios recabados a través de las fundaciones Club Social y Hospital Policial. El objetivo, dijo, era evitar la compra de una nueva franquicia, cuyo costo superaría los 7 millones de lempiras, más una fianza adicional.
“El proyecto ha sido financiado por contribuciones voluntarias de los miembros de la Policía. No se ha tocado ni un centavo del Estado”, afirmó Sánchez, quien además asumió la presidencia del nuevo club.
Pese a esa aclaración, el acuerdo generó fuerte polémica entre juristas, dirigentes deportivos y ciudadanos. La ausencia de controles públicos sobre el uso de estos fondos, sumado al involucramiento directo de una institución armada del Estado en una liga profesional, encendió las alarmas sobre posibles conflictos de interés, uso indebido de recursos y vacíos legales en la normativa futbolística hondureña.
El presidente de la Liga Nacional, Jorge Herrera, reconoció que los estatutos actuales no contemplan figuras claras para este tipo de fusiones y que no hubo una notificación formal previa. “Se trató de una fusión atípica, que obliga a revisar la normativa”, declaró.
Desde el ámbito jurídico, la exfiscal Julissa Villanueva anunció que presentará una denuncia ante el Ministerio Público, argumentando que no se puede priorizar un proyecto futbolístico en medio de una crisis nacional de seguridad, salud y precariedad policial.
En el plano deportivo, el equipo ahora se llama Génesis PN, jugará en el estadio Roberto Suazo Córdova, en La Paz, y será dirigido por el técnico Luis Alvarado, en sustitución del colombiano Jhon Jairo López. Mientras tanto, varios jugadores y miembros del antiguo cuerpo técnico del Génesis fueron desvinculados sin mayor explicación pública.
La controversia sigue creciendo y el caso plantea interrogantes de fondo: ¿debe una institución armada tener injerencia directa en el fútbol profesional? ¿Dónde termina la promoción del deporte y dónde comienza el uso político o corporativo de una franquicia? ¿Quién fiscaliza el destino del dinero en proyectos con impacto nacional?
Por ahora, el balón ya está en la cancha, pero la rendición de cuentas sigue sin pitar.
La fusión entre los clubes Génesis de Comayagua y Policía Nacional FC, anunciada a finales de mayo, desató una oleada de críticas por el uso de recursos institucionales y la falta de transparencia en el proceso que dio lugar al nuevo equipo Génesis PN en la Liga Nacional de Honduras.
El ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez, confirmó que se pagaron 4 millones de lempiras para adquirir la plaza del Génesis, dinero que, según explicó, no provino del presupuesto del Estado, sino de aportes voluntarios recabados a través de las fundaciones Club Social y Hospital Policial. El objetivo, dijo, era evitar la compra de una nueva franquicia, cuyo costo superaría los 7 millones de lempiras, más una fianza adicional.
“El proyecto ha sido financiado por contribuciones voluntarias de los miembros de la Policía. No se ha tocado ni un centavo del Estado”, afirmó Sánchez, quien además asumió la presidencia del nuevo club.
Pese a esa aclaración, el acuerdo generó fuerte polémica entre juristas, dirigentes deportivos y ciudadanos. La ausencia de controles públicos sobre el uso de estos fondos, sumado al involucramiento directo de una institución armada del Estado en una liga profesional, encendió las alarmas sobre posibles conflictos de interés, uso indebido de recursos y vacíos legales en la normativa futbolística hondureña.
El presidente de la Liga Nacional, Jorge Herrera, reconoció que los estatutos actuales no contemplan figuras claras para este tipo de fusiones y que no hubo una notificación formal previa. “Se trató de una fusión atípica, que obliga a revisar la normativa”, declaró.
Desde el ámbito jurídico, la exfiscal Julissa Villanueva anunció que presentará una denuncia ante el Ministerio Público, argumentando que no se puede priorizar un proyecto futbolístico en medio de una crisis nacional de seguridad, salud y precariedad policial.
En el plano deportivo, el equipo ahora se llama Génesis PN, jugará en el estadio Roberto Suazo Córdova, en La Paz, y será dirigido por el técnico Luis Alvarado, en sustitución del colombiano Jhon Jairo López. Mientras tanto, varios jugadores y miembros del antiguo cuerpo técnico del Génesis fueron desvinculados sin mayor explicación pública.
La controversia sigue creciendo y el caso plantea interrogantes de fondo: ¿debe una institución armada tener injerencia directa en el fútbol profesional? ¿Dónde termina la promoción del deporte y dónde comienza el uso político o corporativo de una franquicia? ¿Quién fiscaliza el destino del dinero en proyectos con impacto nacional?
Por ahora, el balón ya está en la cancha, pero la rendición de cuentas sigue sin pitar.