Estados Unidos dejará de pronunciarse sobre legitimidad de elecciones extranjeras
El gobierno de Estados Unidos ha introducido un cambio en su política exterior respecto a los procesos electorales en otros países, a partir de ahora, dejará de emitir valoraciones públicas sobre la imparcialidad o legitimidad de elecciones extranjeras, según lo establece un memorando firmado por el secretario de Estado, Marco Rubio.
La nueva normativa dispone que las declaraciones oficiales del Departamento de Estado se limitarán a reconocer al candidato ganador, omitiendo opiniones sobre la calidad democrática de los procesos, el memorando señala que únicamente se harán pronunciamientos públicos cuando existan “intereses sólidos y justificados en la política exterior estadounidense”.
Esta medida representa una modificación sustancial de la postura tradicional de Estados Unidos, que por décadas había asumido un papel activo como observador y defensor de prácticas democráticas en el ámbito internacional, el documento sostiene que este nuevo enfoque busca “proteger la soberanía nacional”, tanto en el plano interno como externo.
El giro en la política estadounidense podría tener implicaciones en diversas regiones, especialmente en aquellas donde históricamente el gobierno norteamericano ha mantenido posturas críticas ante comicios considerados poco transparentes o cuestionados por la comunidad internacional.
Hasta el momento, no se han dado detalles específicos sobre cómo se aplicará esta política en contextos particulares, aunque analistas advierten que podría ser interpretada por algunos gobiernos como una menor presión internacional en materia de estándares democráticos.
El gobierno de Estados Unidos ha introducido un cambio en su política exterior respecto a los procesos electorales en otros países, a partir de ahora, dejará de emitir valoraciones públicas sobre la imparcialidad o legitimidad de elecciones extranjeras, según lo establece un memorando firmado por el secretario de Estado, Marco Rubio.
La nueva normativa dispone que las declaraciones oficiales del Departamento de Estado se limitarán a reconocer al candidato ganador, omitiendo opiniones sobre la calidad democrática de los procesos, el memorando señala que únicamente se harán pronunciamientos públicos cuando existan “intereses sólidos y justificados en la política exterior estadounidense”.
Esta medida representa una modificación sustancial de la postura tradicional de Estados Unidos, que por décadas había asumido un papel activo como observador y defensor de prácticas democráticas en el ámbito internacional, el documento sostiene que este nuevo enfoque busca “proteger la soberanía nacional”, tanto en el plano interno como externo.
El giro en la política estadounidense podría tener implicaciones en diversas regiones, especialmente en aquellas donde históricamente el gobierno norteamericano ha mantenido posturas críticas ante comicios considerados poco transparentes o cuestionados por la comunidad internacional.
Hasta el momento, no se han dado detalles específicos sobre cómo se aplicará esta política en contextos particulares, aunque analistas advierten que podría ser interpretada por algunos gobiernos como una menor presión internacional en materia de estándares democráticos.