Este martes 15 de octubre, el tipo de cambio del dólar en Honduras alcanzó un hito histórico, superando los 25 lempiras. Según el Banco Central de Honduras (BCH), el tipo de cambio de referencia cerró en 24.8766 lempiras por dólar para la compra y 25.0010 lempiras para la venta.
Este deslizamiento de la moneda nacional ha generado preocupación en los sectores económicos del país.
Desde inicios de 2024, el lempira se ha devaluado en 22.53 centavos frente al dólar, marcando una tendencia que varios economistas ya habían anticipado.
Julio Raudales, expresidente del Colegio Hondureño de Economistas, explicó que la devaluación no es una sorpresa, ya que ha sido una medida programada desde hace años, como parte de los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Raudales señaló que, aunque el dólar no había alcanzado este nivel antes debido a la baja en las importaciones tras la pandemia, la devaluación responde a la necesidad de ajustar el tipo de cambio a la realidad económica del país. Para revertir esta tendencia, el economista subraya la importancia de incrementar las exportaciones y atraer inversión extranjera.
A pesar de que el BCH ha defendido la medida como parte de un proceso de ajuste, el impacto sobre los consumidores es evidente. Con la depreciación del lempira, los productos importados, esenciales para la canasta básica, se vuelven más caros. Esta situación afecta especialmente a las familias de menores ingresos, que ya enfrentan altos niveles de inflación.
La misión del FMI, que se encuentra en Honduras desde el 7 de octubre, está revisando el acuerdo económico y ha recomendado mantener el ritmo de devaluación del lempira. Aunque algunos analistas proyectan que el tipo de cambio continuará aumentando, otros advierten sobre el riesgo de que una rápida depreciación agrave la situación económica de la población.
En los próximos meses, se espera que el BCH continúe realizando microdevaluaciones, lo que podría llevar el tipo de cambio a superar los 25.50 lempiras por dólar hacia finales de año. Mientras tanto, los hondureños deberán lidiar con un dólar más caro y las repercusiones que esto conlleva para su economía diaria.
¿Qué significa este deslizamiento para los hondureños?
El deslizamiento del lempira implica un aumento directo en los costos de los productos importados, que son esenciales en la vida diaria de los hondureños, como alimentos y combustibles. Este incremento en precios afecta especialmente a las familias con menores ingresos, que ya enfrentan una inflación significativa.
Aunque el Banco Central de Honduras ha justificado la devaluación como un ajuste necesario para reflejar la realidad económica del país, el impacto sobre el bolsillo de los consumidores es innegable. Julio Raudales señala que, para revertir esta tendencia, es crucial que Honduras aumente sus exportaciones y atraiga mayor inversión extranjera. Sin estas medidas, la depreciación podría continuar, agravando aún más la situación económica de la población.
En definitiva, este deslizamiento plantea un desafío importante para los hondureños, quienes deberán ajustarse a un costo de vida cada vez más alto mientras las autoridades buscan estabilizar la moneda nacional.
Este martes 15 de octubre, el tipo de cambio del dólar en Honduras alcanzó un hito histórico, superando los 25 lempiras. Según el Banco Central de Honduras (BCH), el tipo de cambio de referencia cerró en 24.8766 lempiras por dólar para la compra y 25.0010 lempiras para la venta.
Este deslizamiento de la moneda nacional ha generado preocupación en los sectores económicos del país.
Desde inicios de 2024, el lempira se ha devaluado en 22.53 centavos frente al dólar, marcando una tendencia que varios economistas ya habían anticipado.
Julio Raudales, expresidente del Colegio Hondureño de Economistas, explicó que la devaluación no es una sorpresa, ya que ha sido una medida programada desde hace años, como parte de los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Raudales señaló que, aunque el dólar no había alcanzado este nivel antes debido a la baja en las importaciones tras la pandemia, la devaluación responde a la necesidad de ajustar el tipo de cambio a la realidad económica del país. Para revertir esta tendencia, el economista subraya la importancia de incrementar las exportaciones y atraer inversión extranjera.
A pesar de que el BCH ha defendido la medida como parte de un proceso de ajuste, el impacto sobre los consumidores es evidente. Con la depreciación del lempira, los productos importados, esenciales para la canasta básica, se vuelven más caros. Esta situación afecta especialmente a las familias de menores ingresos, que ya enfrentan altos niveles de inflación.
La misión del FMI, que se encuentra en Honduras desde el 7 de octubre, está revisando el acuerdo económico y ha recomendado mantener el ritmo de devaluación del lempira. Aunque algunos analistas proyectan que el tipo de cambio continuará aumentando, otros advierten sobre el riesgo de que una rápida depreciación agrave la situación económica de la población.
En los próximos meses, se espera que el BCH continúe realizando microdevaluaciones, lo que podría llevar el tipo de cambio a superar los 25.50 lempiras por dólar hacia finales de año. Mientras tanto, los hondureños deberán lidiar con un dólar más caro y las repercusiones que esto conlleva para su economía diaria.
¿Qué significa este deslizamiento para los hondureños?
El deslizamiento del lempira implica un aumento directo en los costos de los productos importados, que son esenciales en la vida diaria de los hondureños, como alimentos y combustibles. Este incremento en precios afecta especialmente a las familias con menores ingresos, que ya enfrentan una inflación significativa.
Aunque el Banco Central de Honduras ha justificado la devaluación como un ajuste necesario para reflejar la realidad económica del país, el impacto sobre el bolsillo de los consumidores es innegable. Julio Raudales señala que, para revertir esta tendencia, es crucial que Honduras aumente sus exportaciones y atraiga mayor inversión extranjera. Sin estas medidas, la depreciación podría continuar, agravando aún más la situación económica de la población.
En definitiva, este deslizamiento plantea un desafío importante para los hondureños, quienes deberán ajustarse a un costo de vida cada vez más alto mientras las autoridades buscan estabilizar la moneda nacional.