Hollywood acelera a fondo con “F1”, la nueva superproducción protagonizada por Brad Pitt, quien conduce a casi 300 km/h en circuitos reales para dar vida a un expiloto que regresa a las pistas. La cinta, respaldada por Apple y Warner Bros, apuesta por el realismo absoluto y cuenta con el siete veces campeón mundial Lewis Hamilton como productor y asesor técnico.
La historia gira en torno a Sonny Hayes (Pitt), un piloto ficticio que vuelve a la competición para ayudar a un joven talento, interpretado por Damson Idris. La trama transcurre en escenarios de Grandes Premios reales en países como Japón, México, Italia, Abu Dhabi y Hungría, y cuenta con un elenco de alto nivel que incluye a Javier Bardem.
El rodaje —inspirado en el éxito de Top Gun: Maverick— ha sido el más ambicioso en el género automovilístico. Para lograrlo, se filmaron escenas en coches reales, con cámaras integradas y actores sometidos a condiciones físicas similares a las de los pilotos profesionales. De hecho, Pitt llegó a manejar un monoplaza a 290 km/h, pese a las reservas de las aseguradoras, que inicialmente fijaron un límite de 257 km/h.
Lewis Hamilton ha sido clave para garantizar la autenticidad. Exigió que los actores experimentaran en carne propia las condiciones extremas de la F1. “Perdemos hasta cinco kilos en una carrera”, dijo el británico. “Quería que ellos sintieran el mismo nivel de exigencia”.
Además de buscar conquistar a los fanáticos del automovilismo, el filme también apunta al público general con una historia de redención y superación, algo que, según sus productores, podría redefinir el cine de acción deportivo.
Aún sin fecha de estreno, “F1” se perfila como una de las películas más esperadas de los próximos años. Con la promesa de llevar al espectador al corazón de las pistas como nunca antes, la cinta plantea una pregunta que resuena en la industria: ¿Puede Brad Pitt hacer que el público vuelva a llenar las salas de cine?
Hollywood acelera a fondo con “F1”, la nueva superproducción protagonizada por Brad Pitt, quien conduce a casi 300 km/h en circuitos reales para dar vida a un expiloto que regresa a las pistas. La cinta, respaldada por Apple y Warner Bros, apuesta por el realismo absoluto y cuenta con el siete veces campeón mundial Lewis Hamilton como productor y asesor técnico.
La historia gira en torno a Sonny Hayes (Pitt), un piloto ficticio que vuelve a la competición para ayudar a un joven talento, interpretado por Damson Idris. La trama transcurre en escenarios de Grandes Premios reales en países como Japón, México, Italia, Abu Dhabi y Hungría, y cuenta con un elenco de alto nivel que incluye a Javier Bardem.
El rodaje —inspirado en el éxito de Top Gun: Maverick— ha sido el más ambicioso en el género automovilístico. Para lograrlo, se filmaron escenas en coches reales, con cámaras integradas y actores sometidos a condiciones físicas similares a las de los pilotos profesionales. De hecho, Pitt llegó a manejar un monoplaza a 290 km/h, pese a las reservas de las aseguradoras, que inicialmente fijaron un límite de 257 km/h.
Lewis Hamilton ha sido clave para garantizar la autenticidad. Exigió que los actores experimentaran en carne propia las condiciones extremas de la F1. “Perdemos hasta cinco kilos en una carrera”, dijo el británico. “Quería que ellos sintieran el mismo nivel de exigencia”.
Además de buscar conquistar a los fanáticos del automovilismo, el filme también apunta al público general con una historia de redención y superación, algo que, según sus productores, podría redefinir el cine de acción deportivo.
Aún sin fecha de estreno, “F1” se perfila como una de las películas más esperadas de los próximos años. Con la promesa de llevar al espectador al corazón de las pistas como nunca antes, la cinta plantea una pregunta que resuena en la industria: ¿Puede Brad Pitt hacer que el público vuelva a llenar las salas de cine?