Cada 1 de julio, los fanáticos del béisbol celebran el llamado “Día de Bobby Bonilla”, una tradición peculiar que recuerda el millonario acuerdo que mantiene al exjugador recibiendo US$ 1.193.248,20 anuales por parte de los Mets de Nueva York, a pesar de no haber jugado un solo partido desde el año 2001.
Bonilla, quien se retiró oficialmente con los Cardenales de San Luis, disputó su última temporada con los Mets en 1999. En aquel momento, al equipo aún le quedaban US$ 6 millones por pagarle, pero en lugar de hacer el desembolso inmediato, optaron por un acuerdo de pago diferido que ha pasado a la historia.
¿Por qué sigue cobrando Bonilla?
La decisión fue parte de un arreglo financiero entre el entonces dueño de los Mets, Fred Wilpon, y el agente del jugador, Dennis Gilbert. Wilpon, que invertía gran parte de su fortuna con el financista Bernie Madoff, creyó que obtendría mayores beneficios si difería el pago y dejaba que el dinero “trabajara” en las inversiones que, sin saberlo, eran parte del mayor esquema Ponzi de la historia.
El trato permitió aplazar los pagos hasta 2011, con una tasa de interés anual del 8%, lo que convertiría los US$ 6 millones iniciales en un total de US$ 29.8 millones a pagarse en cuotas anuales hasta 2035, cuando Bonilla tendrá 72 años.
Un acuerdo insólito, pero no único
Aunque el caso de Bobby Bonilla es el más popular, los pagos diferidos son una práctica común en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB). Recientemente, el astro japonés Shohei Ohtani firmó un contrato histórico con los Dodgers de Los Ángeles por US$ 700 millones, de los cuales US$ 680 millones serán diferidos.
Durante su contrato de 10 años, Ohtani solo cobrará US$ 2 millones anuales, y empezará a recibir el resto a partir de 2034, en pagos de US$ 68 millones por año hasta 2043.
Los Dodgers también aplicaron esta estrategia al contratar a jugadores como Blake Snell y Tommy Edman, como parte de una tendencia creciente en la liga de buscar flexibilidad financiera a corto plazo.
Una idea con historia
El concepto de pagos diferidos no es nuevo. Se remonta a la década de 1960, cuando el contador Ralph Dolgoff introdujo esta estrategia en la Asociación Americana de Baloncesto (ABA), permitiendo que los equipos ofrecieran salarios más atractivos a largo plazo sin comprometer inmediatamente sus finanzas.
Hoy, Bobby Bonilla se ha convertido en un símbolo de astucia contractual. Su acuerdo, considerado por muchos como uno de los más brillantes —o insólitos— del deporte, le permite seguir generando ingresos millonarios más de dos décadas después de su retiro.
Cada 1 de julio, los fanáticos del béisbol celebran el llamado “Día de Bobby Bonilla”, una tradición peculiar que recuerda el millonario acuerdo que mantiene al exjugador recibiendo US$ 1.193.248,20 anuales por parte de los Mets de Nueva York, a pesar de no haber jugado un solo partido desde el año 2001.
Bonilla, quien se retiró oficialmente con los Cardenales de San Luis, disputó su última temporada con los Mets en 1999. En aquel momento, al equipo aún le quedaban US$ 6 millones por pagarle, pero en lugar de hacer el desembolso inmediato, optaron por un acuerdo de pago diferido que ha pasado a la historia.
¿Por qué sigue cobrando Bonilla?
La decisión fue parte de un arreglo financiero entre el entonces dueño de los Mets, Fred Wilpon, y el agente del jugador, Dennis Gilbert. Wilpon, que invertía gran parte de su fortuna con el financista Bernie Madoff, creyó que obtendría mayores beneficios si difería el pago y dejaba que el dinero “trabajara” en las inversiones que, sin saberlo, eran parte del mayor esquema Ponzi de la historia.
El trato permitió aplazar los pagos hasta 2011, con una tasa de interés anual del 8%, lo que convertiría los US$ 6 millones iniciales en un total de US$ 29.8 millones a pagarse en cuotas anuales hasta 2035, cuando Bonilla tendrá 72 años.
Un acuerdo insólito, pero no único
Aunque el caso de Bobby Bonilla es el más popular, los pagos diferidos son una práctica común en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB). Recientemente, el astro japonés Shohei Ohtani firmó un contrato histórico con los Dodgers de Los Ángeles por US$ 700 millones, de los cuales US$ 680 millones serán diferidos.
Durante su contrato de 10 años, Ohtani solo cobrará US$ 2 millones anuales, y empezará a recibir el resto a partir de 2034, en pagos de US$ 68 millones por año hasta 2043.
Los Dodgers también aplicaron esta estrategia al contratar a jugadores como Blake Snell y Tommy Edman, como parte de una tendencia creciente en la liga de buscar flexibilidad financiera a corto plazo.
Una idea con historia
El concepto de pagos diferidos no es nuevo. Se remonta a la década de 1960, cuando el contador Ralph Dolgoff introdujo esta estrategia en la Asociación Americana de Baloncesto (ABA), permitiendo que los equipos ofrecieran salarios más atractivos a largo plazo sin comprometer inmediatamente sus finanzas.
Hoy, Bobby Bonilla se ha convertido en un símbolo de astucia contractual. Su acuerdo, considerado por muchos como uno de los más brillantes —o insólitos— del deporte, le permite seguir generando ingresos millonarios más de dos décadas después de su retiro.